fbpx

2022: Renovando metas

El inicio de cada año tiene esa magia de un cuaderno nuevo, inspirándonos a escribir una renovada historia llena de oportunidades. Este encanto de los comienzos no debe morir en utopía, la diferencia entre sueños y metas radica en la planificación, control, corrección de desviaciones y verificación de indicadores. Esto es aplicable, tanto a las metas financieras como a todas las demás.

Hago propicia esta ocasión perfecta de arranque de un nuevo año, para invitarte a que lo conviertas en 365 días de oportunidades para alcanzar tus objetivos y metas, desarrollar disciplina y fortalecer tu autoestima. Te reto a que abraces el día a día con la claridad de qué acciones debes realizar para lograr los objetivos a corto y mediano plazo.

Somos personas íntegras, es decir, enteras, todas las dimensiones de nuestra vida son importantes y se entrelazan para nuestro bienestar:

#Lo físico, el cuerpo que nos sostiene y nos permite sensaciones, así como la posibilidad de actuar y de hacer.

#Lo emocional, que es la capacidad de sentir y conectarnos con los demás, de vincular nuestra esencia con otros seres humanos y con la naturaleza y la comunidad.

#Lo espiritual, donde se aloja nuestra fe, esperanza, ilusión y creencia superior.

#Lo racional, donde el conocimiento nos permite formar opinión y criterio para influir, impactar y decidir, nuestro discernimiento para comprender los hechos bajo nuestra propia capacidad de interpretación.

Cuando no tenemos en claro cuáles son los objetivos, difícilmente podemos elegir cuál sería la mejor ruta para llegar a destino. Esto nos lleva muchas veces a agotarnos sin la satisfacción de avanzar, resulta como la frustración de movernos en círculos, con pérdida de recursos y de esfuerzo.

A veces decimos “qué rápido pasa el tiempo” y es que hemos desperdiciado diez años de oportunidades, donde hemos estado dando vueltas sin progresar. Esta falta de avance suele ser resultado de no haber determinado claramente en qué lugar estábamos, adonde queríamos llegar, evaluar los recursos disponibles y con base en ellos trazar adecuadamente la hoja de ruta.

Así, cada uno de nosotros está llamado a poder evaluar sus mejores alternativas, siendo válido para algunos, quizás, priorizar el ámbito de la familia, para otros, quizás, el ámbito laboral o profesional, otros quizás, tengan metas que van más relacionadas con lo económico o financiero, no se trata de “esto está bien, esto está mal” sino, qué es lo que necesito, qué es lo que quiero, qué es lo que deseo, qué es lo que realmente considero relevante, importante, prioritario para mi vida en determinado momento, en qué etapa de la vida me encuentro, hacia donde estoy encaminando todos mis esfuerzos.

Con esa mirada más amplia e integral uno puede observar que es imposible alcanzar todas las metas y todos los objetivos a corto plazo y de manera integral. Sin embargo, no se trata de llevar a cabo al 100% una meta y una vez alcanzada pasar a otra, la vida no tiene por qué ser un “pasar de grado” para continuar el programa, la propuesta es priorizar las metas siendo conscientes de cuál es el esfuerzo que realmente se puede destinar a cada uno de estos objetivos como para poder prorratear adecuadamente el tiempo y también, por supuesto, los recursos que se precisan.

Los objetivos pueden que sean más cortos, sean pequeños, pero deberían de estar alineados para alcanzar la meta de mediano y largo plazo. En ocasiones, nos resulta un poco confuso poder definir exactamente cuál es la meta, para esos momentos, a veces es más fácil identificar lo que no queremos que lo que sí queremos.

Es importante también, reconocer que nuestros objetivos dependen de nosotros, no de los demás, no fijes metas asumiendo que tu pareja va a cambiar o que tus hijos harán lo que vos considerás que deben hacer, eso sería basar tu satisfacción en una utopía. El otro no es tonto, no se hace el ñem botavy, el otro, simplemente es otro y nadie puede cambiar al otro.

En la vida todo lo que vale la pena requiere esfuerzo, es muy difícil que logremos un objetivo con alta satisfacción sin esmero y sacrificio. Si no estás colocando todo tu esfuerzo en lograr una meta, constantemente encontrás excusas para no trabajar sobre ella, entonces quizás deberías plantearte honestamente que quizás no sea una prioridad en tu vida.

Cuando uno dice “esto es muy importante para mí” pero lo va dejando para otro momento, lo posterga todo el tiempo, entonces en realidad no está más que engañándose a sí mismo.

Es como plantearnos que es importante, pero de la boca para afuera, quizás por apariencia, quizás porque sea políticamente correcto, diplomático, familiar o emocionalmente hablando, pero, en el fondo boicoteamos nuestras propias metas. Esto usualmente obedece a no saber qué es lo que realmente queremos, muchas veces por miedo a hacernos siquiera la pregunta, por temor a darnos cuenta de que queremos algo distinto a lo que queríamos hace unos años.

Es importante que destinemos un espacio a la reflexión, analizar nuestras fortalezas, nuestros dones, para conscientemente dejar de perder el tiempo o de gastar recursos en tratar de desarrollar las habilidades que no tenemos. A veces somos un poquito caprichosos, testarudos, tratando de desarrollar cualidades que no tenemos y descuidamos la posibilidad multiplicar y hacer brillar nuestros talentos.

Para qué fuimos llamados, qué es lo que realmente queremos hacer, qué nos apasiona, qué nos motiva, qué nos levanta día a día, cuál es esa meta, cuál es ese objetivo que realmente moviliza a nuestros pensamientos, a nuestras emociones y a nuestra voluntad.

A veces ese no es un objetivo que sea valorado o apreciado por los demás, entonces lo descartamos, pero, no todos fuimos llamados para lo mismo, no todos queremos ni tenemos que querer lo mismo, hay como estigmas sociales con relación a esto, por ejemplo “todas las mujeres quieren casarse y tener hijos”, tengamos cuidado de no endosar a este tipo de creencia social o mito cultural, que puede sesgar a lo que realmente queremos cada uno. El madurar nuestra propia personalidad puede permitirnos identificar nuestros verdaderos objetivos.

En este cuaderno en blanco que estoy por inaugurar, puedo asegurarme de cuidar una linda caligrafía y ortografía, subrayar lo importante, colorear un poco más cada día con alegría, evitar tachaduras, aún a sabiendas de que probablemente igual las cometa, pero con atención a los detalles las correcciones quizás duelan menos, disminuya el drama, o resulten menos tortuosas o no tan importantes.

El talento no es suficiente, requiere disciplina y perseverancia, por ello una planificación adecuada con indicadores claros nos permitirá la satisfacción de saber que avanzamos.

Feliz 2022… un día a la vez, renovando y conquistando metas.

Texto de Gloria Ayala Person