La tasa de informalidad laboral en el sector no agropecuario mostró una ligera disminución, bajando del 63,4% en 2022 al 62,1% a finales de 2023. Sin embargo, durante el primer trimestre de este año, la informalidad afectó al 63,1% de la población ocupada en dicho sector, lo que representa un aumento de 1,4 puntos porcentuales en comparación con el mismo periodo del año anterior.
En términos absolutos, este dato se traduce en aproximadamente 1.500.000 personas en situación de informalidad laboral, es decir, sin contribuciones a sistemas de jubilación o pensión y sin inscripción en el Registro Único del Contribuyente (RUC).
Al cierre de 2023, la informalidad en zonas rurales fue 12 puntos porcentuales mayor que la del promedio nacional, afectando al 74,1% de la población ocupada rural, mientras que en áreas urbanas la cifra fue del 57,9%. Además, la informalidad impactó más a las mujeres, con el 65% de ellas en esta situación, en contraste con el 59,7% de los hombres. Estos niveles de informalidad plantean importantes desafíos para las políticas públicas, dada su influencia en el desarrollo y bienestar social.
