Los motores utilizados en los vehículos eléctricos frecuentemente incluyen imanes permanentes fabricados con tierras raras. Este tipo de imanes ha sido ampliamente adoptado debido a sus propiedades magnéticas superiores, que contribuyen a mejorar la eficiencia y el rendimiento de los motores.
Sin embargo, la disponibilidad de tierras raras presenta desafíos significativos. Principalmente extraídas en China, estas materias primas son susceptibles a fluctuaciones de precios y preocupaciones sobre la seguridad del suministro global. Con la creciente demanda de vehículos eléctricos y la proyección de un aumento significativo en las ventas en la próxima década, según analistas de IDTechEx, la industria busca reducir su dependencia de estos materiales mediante el desarrollo de tecnologías alternativas.
Entre las alternativas exploradas se encuentran los motores de reluctancia conmutada, que utilizan materiales más comunes y menos críticos en términos de suministro. Estas tecnologías emergentes buscan equilibrar la necesidad de rendimiento y eficiencia con la sostenibilidad ambiental y la estabilidad del suministro.
A pesar de estos esfuerzos hacia la diversificación, los motores de imanes permanentes de tierras raras han mantenido una posición dominante en el mercado de vehículos eléctricos durante años, representando una mayoría significativa en términos de cuota de mercado. Esta situación destaca la importancia y los desafíos continuos asociados con el suministro de tierras raras en la industria automotriz electrificada.
