Eladia SA, una empresa dedicada a la producción y comercialización de arroz, ha comenzado la construcción de nuevos silos y secadores en Ñeembucú. Las obras, ya en marcha, están previstas para entrar en operación el 15 de diciembre. Walter Duarte, director ejecutivo de la compañía, informó que la inversión asciende a US$ 8 millones y se centra en la zona de Villa Oliva.
“Somos productores con plantaciones de arroz en Villeta y Villa Oliva. Queremos complementar esa producción con una industria para poder exportar”, explicó Duarte. La decisión de fomentar esta industria en Villa Oliva responde a la escasez de empresas que industrializan el arroz en esa región, un producto con alta demanda.
El proyecto surgió de la necesidad de contar con una capacidad mínima de secado de 80.000 toneladas de arroz. Actualmente, Eladia planta unas 12.000 hectáreas, produciendo entre 100.000 y 110.000 toneladas de arroz verde, lo que resulta en aproximadamente 90.000 toneladas de arroz seco. Unas 10.000 toneladas se procesan a través de servicios de terceros.
La empresa planea empezar a operar el 15 de diciembre. El proceso incluye el secado del arroz verde, que se puede exportar con o sin cáscara. “Vamos a industrializar hasta la etapa de descascarado, obteniendo arroz integral que se venderá tanto en el mercado local como en el internacional”, detalló Duarte. El 80% de la producción se destina a la exportación y el 20% restante al mercado local. Los productos incluyen arroz integral, arroz Paddy, arroz blanco y varios subproductos.
Duarte destacó que Eladia no se encarga del producto final: “No llegamos a la góndola. Los molinos especializados se encargan de la terminación del producto para obtener el arroz blanco y otros tipos”. Eladia tiene presencia en seis países, incluyendo Costa Rica, Italia, España, Portugal y Países Bajos, y cuenta con 120 empleados directos. La empresa se estableció en Paraguay en 2008, comenzando con 1.000 hectáreas de arroz para su comercialización en Brasil.
🏫🌱 Escuela agrícola
Eladia también planea abrir una escuela agrícola para formar a los habitantes de la zona, quienes principalmente se dedican a la ganadería y la pesca. “La mano de obra local no está calificada para manejar maquinaria como tractores. Primero pensamos en un centro de formación, pero nos dimos cuenta de que debía ser más integral, abarcando la cultura organizacional del sector productivo”, concluyó Duarte.