El número de contagios se ubica en los 1.755.779, tras registrar 42.619 nuevos casos confirmados en las últimas 24 horas, de acuerdo con el boletín diario divulgado por el Ministerio de Salud.
Además, las autoridades sanitarias brasileñas investigan otras 4.077 muertes que podrían haber sido causadas por el patógeno.
Los datos también muestran que hasta este jueves se han recuperado 1.054.043 pacientes del nuevo coronavirus, lo que supone el 60% del total de infectados en el país de 210 millones de habitantes.
Los estados brasileños más azotados por la pandemia siguen siendo Sao Paulo (349.715 casos confirmados y 17.118 muertes), Ceará (131.000 y 6.741) y Río de Janeiro (128.324 y 11.115), aunque ahora la principal preocupación se centra en el oeste y el sur del país.
A pesar de la escalada de la curva epidemiológica, aunque de una forma menos acelerada, varios estados y ciudades del país, entre ellos Sao Paulo y Río de Janeiro, están inmersos desde junio en un proceso de reapertura de sus economías.
Sin embargo, algunas ciudades han tenido que retornar a medidas de aislamiento más rígido con el aumento de contagios.
Este jueves, los aficionados del fútbol en Río de Janeiro ya no podrán acompañar a sus equipos en los estadios, algo que estaba previsto a partir de este viernes, luego de que la Alcaldía de la ciudad más icónica de Brasil diera marcha atrás y aplazara por tiempo indefinido la decisión.
El alcalde de Río, el pastor evangélico Marcelo Crivella, dijo también que el acceso a las playas por parte de los bañistas solo será liberado cuando la ciencia anuncie una vacuna contra el nuevo coronavirus.
“Nosotros esperamos que la vacuna llegue antes del verano. Esos locales donde no es posible quedarse con máscara tienden a ser liberados solo después de la vacuna”, apuntó Crivella en una rueda de prensa en la que advirtió que los bañistas que infrinjan la ley serán multados desde este viernes con 107 reales (unos USD 20).
Los investigadores discrepan sobre cuándo se alcanzará el pico de la curva epidemiológica y los hay incluso que defienden que nunca llegará y que Brasil mantendrá un nivel medio de decesos y contagios durante un largo periodo de tiempo debido a la dimensión continental del país.