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“Cuota de estómago” o la lucha encarnizada del sector de la alimentación

¿Qué es la “cuota de estómago” y por qué está produciendo una encarnizada guerra entre los componentes del sector de la alimentación a raíz del coronavirus?

El concepto «cuota de estómago» continúa resultando extraño para los oídos, pero se trata de un término que va en un aumento imparable y que en los próximos meses estará más presente en las conversaciones.

La «cuota de estómago» tiene que ver con la menor demanda y las menores ocasiones de consumo de alimentos y bebidas por parte de las personas, que tienen siempre un límite en su capacidad de comer y beber.

Aquí no sucede como en distopías como «Los Juegos del Hambre», en las que los habitantes del Capitolio pueden ingerir una pastilla para vomitar y continuar engullendo. Ante este panorama, los bares, restaurantes e incluso fabricantes se están viendo obligados a competir en una especie de carrera por ver quién «roba» la próxima ocasión de consumo, ya que parece que esta es la única forma de crecer.

La teoría es fácil: Si enamoramos a un cliente, este nos elegirá a nosotros por delante de otros jugadores del mercado y nos habremos ganado esa «cuota de estómago». Según destaca un comunicado de EFE, conseguir esto se ha vuelto primordial teniendo en cuenta la competencia que se ha desatado en todas las direcciones a raíz de la pandemia, en un «todos contra todos» que ha hecho que muchas empresas salgan de su zona de confort. El mismo también ha enumerado la serie de cambios que se están dando en este sentido.

«Mercaurantes»: Los supermercados apuestan por los platos preparados

Un claro ejemplo de que las empresas del sector de la alimentación están pisando terrenos de ámbitos que hasta el momento no eran propios son los supermercados que han incorporado secciones de platos preparados. Por ejemplo, un éxito total ha sido el «Listo para comer» de Mercadona, que incluyó en sus tiendas un espacio de comida ya lista para consumir, e incluso algunos cuentan con mesas para hacerlo allí.

De hecho, de abril de 2020 a febrero de 2021 los supermercados en España han duplicado las ventas de comida preparada, tal y como apunta la patronal del sector de gran consumo Aecoc. Lo cierto es que supone una gran inversión la que hay que destinar, pero los beneficios pueden ser muy altos a la larga, dado que se ofrece un servicio diferenciador, muy útil y muy valorado por la población, especialmente entre los trabajadores que no tienen tiempo ni ganas de cocinar.

Los restaurantes y los fabricantes contraatacan

Los restaurantes no se han quedado quietos ante la subida al poder de los «mercaurantes» y se han presentado a la batalla con el envío de comida a domicilio o «delivery» en formación. Además, cadenas como Restalia, dueña de 100 Montaditos, o Goiko Grill, han comenzado a comercializar productos icónicos de sus establecimientos en el lineal del supermercado.

Por otro lado, los fabricantes han querido participar en esta guerra utilizando la ventaja que proporciona el comercio electrónico de cara a acabar con el supermercado como intermediario y vender sus productos directamente al consumidor a través de las webs. Sin ir más lejos, Campofrío y Pescanova anunciaron una alianza con un tercer socio para lanzar tres marcas virtuales de restauración.

«La COVID-19 nos ha traído una nueva forma de trabajar a todos, con una filosofía muy parecida a la que tenían hasta ahora las start-up. Hay que ser más ágiles y en un contexto de mayor incertidumbre», explica en declaraciones a EFE  el responsable de distribución y restauración en Aecoc, Pablo de la Rica.

No obstante, los movimientos entre sectores también generan inquietud, especialmente entre la restauración más pequeña e independiente. «Que venga nueva competencia desde otro sector es motivo de preocupación, pero también las cadenas de restauración están contraatacando metiéndose en la casa de los consumidores gracias al delivery», señala el socio director de Ameba Research, Vicente Montesinos.

Fuente: marketingdirecto.com