De ASU a CDE por G. 22.000 en auto eléctrico: Se triplica expectativa de venta de móviles eléctricos para fin de año

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“Nos quedamos sin autos en marzo. Con el triple aumento de combustibles desapareció nuestro stock y esperamos que los que vengan en octubre tengan el mismo destino a fin de año. Entre fines de este año y comienzos del otro pensamos traer tres veces más, porque estamos esperando una triplicación de ventas”, afirmó Pablo Pascuali, gerente de BYD, la marca china de vehículos eléctricos que representa Diesa.

Está claro que con el combustible cada vez más caro aumentan las ganas de pasarse a un auto eléctrico. Según Pascuali, el ahorro para el consumidor es significativo, y puso como ejemplo un viaje a Ciudad del Este para demostrar que hacerlo en un rodado a batería costaría menos del 10% que hacerlo en uno movido con motor de combustión interna.

Las baterías de la mayoría de estos autos son de 40 kWh o 50 kWh, lo que, dicho en otras palabras, equivaldrían a litros. Una carga completa, a una tarifa de G. 440 por kWh, costaría G. 22.000 y con un vehículo con autonomía de 400 km se podría llegar a Ciudad del Este, aunque teniendo en cuenta ciertos aspectos del viaje.

“Si acelerás igual que en tu auto a combustión, prendés el aire y te acompañan varias personas, consumís más y llegás con 30% de carga al cargador de Coronel Oviedo. Ahí parás para comer 45 minutos y mientras tanto pasaste del 30% a 100% de batería de nuevo, sin pagar nada porque nuestro cargador que está en el shopping de Coronel Oviedo, al igual que el del parador de Villa Florida, no tiene costo”, explicó el ejecutivo.

Una noche en Ciudad del Este, en algunos de los hoteles con cargador, significa que al día siguiente otra vez se cuenta con el 100% de la batería después de seis horas de carga lenta. “A la vuelta es lo mismo que a la ida. Y gastaste solo G. 22.000, mientras que en un auto a combustión, dependiendo del tipo de vehículo, vas a gastar G. 500.000”, añadió Pascuali.

Las fuentes de carga mencionadas también pueden ser utilizadas por quienes no son clientes de Diesa, si bien se debe tener en cuenta que el auto en cuestión debe contar con el tipo de toma de los vehículos BYD, que se denomina GBT. Hay otros dos tipos en Paraguay: los que instaló Itaipú son Tipo 2 Europeo, y además están los del tipo japonés, conocidos como CHAdeMO.

Existe un proyecto de ley presentado por el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) para homologar el tipo de puntos para repostar. “Somos el único país del Cono Sur que no tiene homologado algún tipo de cargador. Uruguay, Chile y Brasil ya lo tienen, aunque Argentina no porque quieren seguir vendiendo combustible”, dijo Pascuali.

¿El automóvil eléctrico es nuevo?

Sin planes

Paraguay carece de un plan marco para ir adoptando gradualmente los vehículos eléctricos, como el que tiene Costa Rica, que especifica plazos para alcanzar la descarbonización plena y que se cumple sin importar si el Ejecutivo del país cambia de orientación política. Además, en estos días California anunció que en 2035 ya no se van a comercializar rodados de combustión interna.

Pascuali señaló que nuestro país todavía está muy lejos de contar con alguna política o legislación similar, y aseguró que “necesitamos nuevos patriotas en el Gobierno, no en este, quizás en el próximo, que se animen, primero a poner objetivos claros en el sistema de transporte público eléctrico, así como en los de las instituciones públicas”.

Por otro lado, se necesitan incentivos fiscales y municipales. “El IVA no tendría que pagar quien tiene un auto eléctrico. En Asunción la habilitación cuesta G 1.500.000, que no tendría que pagar porque no estoy poluyendo, y cuando haya estacionamiento tarifario tampoco tendría que pagar; incluso tendría que tener preferencia, tener un cargador en lugares preferenciales puestos por el municipio, los camiones de basura tienen que ser eléctricos, como en la periferia de San Pablo”, mencionó.

Pascuali destacó que el año pasado, en Noruega, el 55% de los autos comprados fueron eléctricos. “Y no porque los noruegos sean fanáticos de cuidar el medioambiente, sino porque hay fuertes incentivos fiscales. Por ahí va el cambio”, remarcó.