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El boom del pádel en pandemia

El pádel es un deporte que ganó mucha popularidad desde hace aproximadamente un año en nuestro país, cuando las restricciones sanitarias en medio de la pandemia permitían una aglomeración controlada para realizar ejercicios en espacios abiertos. Cada vez más personas se animaron a probar esta disciplina, como actividad recreativa para jugar con los amigos.

Es así que desde Nauta realizamos un estudio para conocer más sobre el auge de este deporte y el comportamiento de sus jugadores. Para iniciar con la investigación, preguntamos a las personas: ¿Cuándo empezaron a jugar? y 6 de cada 10 respondieron que iniciaron en la pandemia.

Cuando la cuarentena y el COVID-19 aún estaban en una etapa crítica y solo se permitían cierto tipo de interacciones al aire libre, los jóvenes y los adultos encontraron en el pádel una forma novedosa y atractiva para hacer ejercicio y también encontrarse físicamente con sus amigos y/o familiares.

El pádel requiere solamente de 4 jugadores para armar un partido, por lo que no es necesario coordinar disponibilidad con muchas personas, como sí era el caso cuando se juntaban a jugar fútbol en canchas sintéticas. Por otro lado, los jugadores de pádel promedio que arrancaron en la pandemia, practican esta disciplina en un nivel amateur, es decir, sin tanto conocimiento y entrenamiento previo, por lo que muchos se animan a sumarse sabiendo que no van a ser juzgados por “no saber jugar”.

Asimismo, con este auge del deporte, también existe una industria que va fortaleciéndose alrededor: algunos jugadores están dispuestos a pagar clases grupales o incluso individuales para aprender e ir mejorando, otros invierten importantes sumas de dinero en comprar sus paletas y otras indumentarias, otros se anotan a torneos para competir, sin contar la inversión que requiere alquilar las canchas y comprar pelotas para el encuentro.

Si vemos la otra cara de la moneda, de las personas que ya jugaban antes de la pandemia encontramos que en su mayoría son adultos de más de 40 años, que ya tienen mayor experiencia en el deporte cuando tuvo su primer boom en el Paraguay en los 90s y fueron muy pocos los que continuaron jugando en contados lugares.

Aunque ambos grupos son muy distintos en sus comportamientos e intereses, comparten la atracción por el pádel que cada vez va ganando más adeptos. Las marcas, organizaciones e instituciones deportivas tienen una gran oportunidad de acompañar el crecimiento de este deporte en nuestro país.