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Época de tasas bajas, atrae inversiones a la Bolsa y Fondos

Un importante cambio en las tasas de interés del sistema financiero, en la última década, ha impactado en los ingresos pasivos de muchas personas que vivían de renta, en especial de los jubilados y en general de personas que obtenían ingresos de intereses por montos de capital invertidos a plazo fijo en bancos, financieras y cooperativas.

Los ingresos pasivos son aquellos recursos financieros que percibimos sin que implique la realización de un trabajo, es decir, es el resultado que obtenemos cuando nuestro dinero trabaja por nosotros.

AHORRAR NO ES SUFICIENTE

Generalmente, recibimos ingresos por nuestro trabajo ya sea como colaborador en una empresa o como profesional independiente; de esos ingresos, denominados activos, debemos destinar una parte a ahorrar y el saldo utilizamos para hacer frente a nuestros gastos, sean estos fijos, variables o superfluos.

El efecto alcancía, por el cual desde niños guardamos las monedas que sobran, nos convierte en adultos esperando que nos “sobre” para poder ahorrar, pero, cuando asumimos que el ahorro será “lo que sobre”, probablemente, jamás podremos desarrollar el hábito. Al contrario, usualmente, terminamos endeudándonos para gastar más de lo que ganamos.

El ahorro no debe ser lo que sobra, ni una opción para cuando se pueda; el ahorro es una prioridad, es la primera cuenta que debo pagar cuando recibo mi salario, pues luego de trabajar todo el mes es la única parte que queda para mí y mi futuro, ya que todo el resto es para los demás. Por lo tanto, me merezco que por lo menos el 10% de lo que gano se convierta en mi respaldo ante imprevistos.

Muchas veces escucho: tiene razón, ahorrar es importante, pero lo voy a hacer cuando gane más. ¡No, por favor! El que menos gana es quien más precisa ahorrar, el que menos gana es quien más necesita planificar. Todos podemos tener imprevistos, pero si no tenés ahorros y te sucede algo, tendrás que endeudarte y si antes no te alcanzaba para ahorrar, ¿cómo ahora te alcanzará para pagar una deuda con intereses?

No siempre podremos trabajar, ya que podríamos quedarnos sin empleo, sufrir un accidente o alguna enfermedad. Sin duda la pandemia aportó la valiosa enseñanza de que es muy arriesgado depender solamente de mi capacidad de trabajo para poder ganar dinero. Por otro lado, ojalá podamos contar con un buen “colchón financiero” para cuando nos llegue el momento de retirarnos de nuestra vida laboral. Aunque antes, tengamos muchas otras metas que cumplir como festejar el cumpleaños de 15 de la hija, viajar por nuestro aniversario, ampliar la casa o cambiar el auto.

Entonces, necesitamos aprender a generar ahorros para hacer trabajar ese dinero y que gane intereses, alquileres o dividendos, es decir, tenemos que transformar los ahorros en inversión, para así recibir esos ingresos pasivos aunque no estemos trabajando. La fuente natural de una inversión es el ahorro, pero solo ahorrar no es suficiente, ya que si guardo el dinero, ya sea en una alcancía, en una caja de ahorro, en una cuenta corriente o debajo del colchón, recibiría nada o casi nada de intereses y de esa forma mi dinero no va a crecer en el tiempo, de hecho, lo que sucedería sería que mi dinero valdría menos por efecto de la inflación.

Existe inflación cuando los precios de los bienes y servicios aumentan sostenidamente en una economía, por lo tanto a un mismo valor nominal de dinero, su poder de compra es menor. Además, los ahorros (definidos como el excedente entre el ingreso y los gastos) están sujetos a la aplicación del Impuesto a la Renta Personal, por lo que entre la inflación y el impuesto, mi dinero vale bastante menos cuando solo ahorro.

Por todo esto, necesito aprender a invertir para que mis ahorros, transformados a inversión, puedan obtener rentabilidad que hagan crecer mi capital lo suficiente como para combatir la inflación y para que además me dejen un margen de ganancia por encima de esa depreciación de la moneda.

¿HACIA DÓNDE VAMOS?

En nuestro país desde hace años tenemos mucha liquidez, por ello las tasas de interés tienen tendencia a la baja. Con la pandemia, esta situación se ha incrementado, pues muchas empresas han parado la ejecución de sus proyectos de expansión, dejando ese dinero ocioso a la espera de más certidumbre. Entonces, esta masa monetaria colocada en el sector bancario afecta a la tasa pasiva (tasa de interés que pagan las entidades financieras por los depósitos a la vista y a plazo de los inversionistas).

Para dar un ejemplo simple que pueda ser más gráfico podemos realizar la siguiente analogía: cuando hay mucho tomate en el mercado, se pueden comprar estos frutos de excelente calidad a muy bajo precio; pero cuando hay poco tomate, entonces la calidad suele ser también baja y el precio en cambio, muy alto.

El dinero es una mercadería exactamente igual al tomate, cuando hay mucho dinero (liquidez) el precio baja y el precio del dinero es la tasa de interés. Por lo tanto, es un excelente momento para que las empresas se endeuden, a través de préstamos bancarios o emitiendo deuda a través de la Bolsa de Valores, para así poder estar en condiciones de captar estos capitales.

Por otro lado, cuanto mayor variedad de instrumentos de inversión tengan los inversionistas, también lograrán mejorar su curva de rendimiento, porque quienes vivían de la renta financiera hoy se ven obligados a buscar otras alternativas que de alguna manera compense la caída de sus ingresos y, sin duda, los instrumentos bursátiles pueden ser una excelente opción por la liquidez que ofrecen.

Muchas personas han optado por inversiones inmobiliarias, aunque también los alquileres han bajado bastante y desde luego no se tiene la seguridad de tener un inquilino los 12 meses, cobrar en tiempo y forma también es todo un tema, aunque si está la certeza de los costos de impuestos y mantenimientos. Estos aspectos deben ser considerados especialmente por quienes vivirán de estos ingresos y no tienen otra fuente de ingresos pasivos.

Seamos realistas, una época de tasas altas no se vislumbra en el horizonte de corto ni mediano plazo, por lo tanto, precisamos aumentar el monto de capitales de inversión si queremos vivir de renta. Las nuevas generaciones deberán aprender a ahorrar lo antes posible y en montos mayores para poder lograr la libertad financiera que nos dan los ingresos pasivos.

Colocar dinero a plazo fijo en entidades bancarias, hasta el límite del fondo de garantía de depósitos (75 salarios mínimos) sería el equivalente a riesgo cero en nuestro país, pero en contrapartida la rentabilidad que ofrece un CDA (certificado de depósito de ahorro) es muy baja. Esto ha motivado a los inversionistas a buscar otras alternativas para sus inversiones.

La búsqueda de rentabilidad atractiva, con atomización de riesgo basada en la diversificación de activos y con liquidez relativa, está resultando actualmente en un incremento sustancial de los movimientos bursátiles y el aumento de los fondos mutuos, que sin duda son una excelente opción para estos capitales. Sigamos Hablando de Dinero, así aprendemos a manejarlo mejor.