Estamos a 10 meses de los primeros contagios del COVID en Paraguay, a poco tiempo de que llegue la vacuna a nuestro país, y con ella, la esperanza de volver a la “normalidad”. Sin embargo, seguimos en pandemia y los casos positivos aumentan día a día.
También se mantienen las preocupaciones de las personas y la principal de ellas, según un estudio que realizamos a finales de año pasado, es que alguien de la familia o
las personas mismas se contagien, en el 70% de los casos.
Yo me pregunto, ¿realmente la preocupación principal es contagiarse? Porque cada vez se ve menos reflejado ese resultado en la calle, las personas salen, participan de
actividades, incluso muchos de ellos sin tomar las mínimas medidas de prevención, ¿o es esa la respuesta políticamente correcta?
Partiendo de la premisa de que si un 67% de más de 600 personas respondieron que temen contagiarse, ¿por qué nos encontramos con tanta aglomeración en todos lados?.
Entonces debemos entender cuáles son las otras preocupaciones de la ciudadanía, para que los impulse a salir aun temiendo a los contagios. Y ahí nos encontramos que un 46% no quiere perder su trabajo y a un 33% le preocupa no poder visitar a parientes o amigos, además de otros motivos.
Ahí es donde poniendo los datos en contexto tienen más lógica, porque claramente hay una preocupación al contagio, pero los otros motivos van ganando lugar haciendo
comprensible que las personas salgan, se reúnan y los contagios sigan aumentando.
Es muy fácil criticar un dato y desmeritarlo si no se comprende la situación entera y el contexto por el cual las personas responden lo que responden. El dato sin un
contexto completo no nos lleva a ningún lado, pero analizado de la forma correcta entrega herramientas muy precisas para la toma de decisión.