El COVID-19 llegó e instauró una nueva cultura en nuestras vidas. Sin cambiar la esencia, potenció a las personas en áreas olvidadas o descuidadas cambiando el perfil de los compradores. Muchas de nuestras actividades se trasladaron al hogar, así como la oficina y las clases escolares de los chicos, las horas de entrenamiento y las videollamadas con los amigos para seguir en contacto.
Todos vimos modificadas nuestras rutinas hace varios meses y para sistematizar esos cambios, realizamos estudios tanto de los hombres como de las mujeres para conocer al nuevo paraguayo y paraguaya, a partir del inicio de la cuarentena. En este caso, presentamos la tercera edición de la investigación: “Hombres paraguayos, nuevas generaciones”.
Relación con la cocina
El tiempo en casa permitió a las personas aprender cosas nuevas o hacer actividades con mayor periodicidad. Los hombres y su relación con la cocina se encuentra dividido por grupos. En primer lugar, el 40% de los hombres cuenta que ya tiene un camino recorrido en las artes culinarias y cocina hace años.
Por otro lado, está el grupo contrario, quienes mencionan que lo suyo es el asado y no cocinan nada más en el día a día, sumando el 28% del total. En tercer lugar, está el 22% de los hombres que ayudan en el proceso y hacen compañía en la cocina. Por último, un 10% buscó recetas, videos e hizo varias llamadas a su entorno para aprender a cocinar en estos últimos meses.
Las tareas con los hijos
Por otro lado, nos encontramos con un 28% de los hombres que no ayudan a sus hijos con estos trabajos. Si bien, este grupo representa una minoría, siguen existiendo hombres paraguayos que dejan en mano de las madres toda la carga y responsabilidad de las tareas escolares. Este resultado no es bueno ni malo, sino que demuestra cómo sigue siendo la cultura de nuestro país.
Fuente: Nauta