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Me duele la billetera

Quien tiene problemas de dinero, probablemente tenga otro problema de origen. El sobreendeudamiento o simplemente no poder ahorrar son síntomas que advierten la presencia de una infección financiera.
Pero la falta de dinero es como la fiebre, solo un síntoma de una enfermedad más profunda.

Un error bastante común es eliminar el síntoma y creer que estamos curados. Así, quien tiene fiebre toma un paracetamol y ya no siente temperatura elevada, pero con ello, solo oculta el síntoma pero no ha curado la enfermedad; por lo tanto la infección puede avanzar peligrosamente. Lo mismo sería que una persona con alto endeudamiento venda su deuda a una entidad para quedarse con una sola cuenta a partir de ahora. ¿Sería esta una solución sustentable?

HÁBITOS SALUDABLES
Desde pequeños nos impacta nuestro entorno, así pertenecemos a una familia y a una comunidad con costumbres y una cultura particular que aprendemos y acogemos como propia, adquiriendo hábitos que se mantienen a lo largo de nuestra vida.
La manera en que caminamos, el tipo de comida que nos gusta, la forma en que vestimos, el lenguaje que utilizamos, nuestros valores, costumbres y creencias serían los ejemplos más visibles. En ese orden, también se encuentra el modo en el que manejamos el dinero y como tomamos decisiones financieras.

Si en nuestra casa paterna el dinero se ganaba por día y se gastaba por día, nos será difícil ahora administrarlo correctamente por 30 días logrando ahorros para el futuro. Si en casa la libreta de almacén se utilizaba pagando sólo una pequeña parte cada semana y extendiendo la deuda sin fecha definida, probablemente se utilizará la tarjeta pagando sólo el mínimo cada mes.

Pero los hábitos no son células instaladas en nuestro ADN, pueden ser cambiados, aunque ello implique necesariamente un proceso de transformación que no siempre es agradable. Por ello, es aconsejable tener en claro las metas antes de iniciar el plan de transformación financiera.

Algunos hábitos que nos llevarán a alcanzar y mantener una salud financiera sustentable son los siguientes:

1. Conversar en pareja o en familia sobre el proyecto de vida que tenemos en común. Cuáles son las metas a corto, mediano y largo plazo que cada uno tiene, qué costos financieros podría implicar alcanzar esa meta. Por ejemplo, dentro de 3 años nuestra hija cumplirá 15 años y nos gustaría festejar esa ocasión con una fiesta, queremos remodelar la casa, cambiar el auto, realizar un viaje en vacaciones, etc.

2. Establecer las prioridades. No te va a alcanzar para todo lo que veas (en general queremos todo lo que vemos, el mejor colegio para los hijos, el mejor seguro médico, el viaje a Cancún, la camioneta del año, el plasma para la sala, etc.) y menos para tenerlo todo de manera inmediata. Pero, sí puede alcanzarte para satisfacer tus prioridades, definí en familia cuales son y no te desvíes de tus metas.

3. Elaborar un presupuesto familiar. Proyectando como mínimo a 36 meses los Ingresos, Ahorros, Inversiones y Gastos (en ese orden), evaluando mes a mes las condiciones que probablemente nos impactarán.

a) Ingresos: tener en cuenta si los mismos son fijos o variables; en caso de ser variables proyectar en qué meses los ingresos aumentan y cuando disminuyen; o bien, si debemos tener en cuenta que en diciembre cobraremos aguinaldo, etc.

b) Ahorros: el ahorro no es opcional, es una prioridad, es la única parte del sueldo que se queda contigo después de haber trabajado todo el mes.
El que menos gana es quien más debe ahorrar y planificar, pues todos tenemos imprevistos y si cuando te sucede algo te encontrás sin ahorros, tendrás que tomar una deuda. Entonces, ¿Si no te alcanzaba para ahorrar, cómo te va a alcanzar para pagar una deuda con intereses?

c) Inversiones: el ahorro pierde valor en el tiempo por efecto de la inflación y además está gravado por el impuesto a la renta personal. Por ello, necesitamos aprender a invertir y hacer que nuestro dinero trabaje por nosotros, dándonos intereses, alquileres, dividendos o ganancias.

d) Gastos: a efectos del presupuesto personal o familiar podemos clasificar los gastos en fijos, variables y superfluos.

4. El ahorro debe ser como mínimo el 10% del ingreso bruto mensual. Evidentemente, cuanta más edad tenemos, el porcentaje se debe incrementar para poder alcanzar las metas de jubilación que nos hayamos fijado.

5. El tope máximo aceptado para endeudamiento por la mayoría de las entidades de crédito es del 32% de los ingresos brutos, sin embargo un porcentaje saludable de nivel de endeudamiento estaría en el 25% de los ingresos netos. Esto implica que la suma de mis cuotas de deudas no superen el 25% de lo que gano realmente, o sea Gs 250 mil por cada millón que gano.

6. Pagar mensualmente el 100% de los costos de vida que le corresponden a ese periodo. No financie nada por más tiempo que su vida útil.

7. Aprender a utilizar las tarjetas de crédito como medios de pago y no como medio de financiación, para beneficiarse de las numerosas ventajas que esta herramienta le puede ofrecer.

8. Controlar el presupuesto mensualmente.
Corregí cuanto antes las desviaciones entre lo proyectado y lo realizado, será la única forma de poder alcanzar con éxito tus metas.

9. Ubicate en tu realidad. Evitemos gastar más de lo que ganamos. Bicicletear cuentas es sólo una falsa ilusión de prosperidad que solo te generará estrés y disgustos que te harán perder la tranquilidad.
Es mejor una vida modesta que vivir en una cárcel de oro.

10. Clasificar las decisiones de compra en necesidad, gusto o capricho. Probablemente, te sorprenderán los resultados. Practicá esto en familia, por ejemplo: – Mamá, ¿me compras un helado? – sí, ese gusto te puedo dar. Vamos al almacén te voy a comprar un helado palito. – No, yo quiero el grande de tal marca que se vende en el Shopping. – Ese capricho no te puedo comprar ahora. Con éste ejemplo vemos que claramente no se trata de una necesidad, señalamos el gusto y evitamos el capricho.

La salud financiera no sólo es posible, sino que es un derecho de dignidad que se merece toda familia y vale la pena trabajar por ella. Los niños necesitan aprender de las experiencias de vida, por eso es importante compartir con ellos el análisis de las decisiones financieras; de esa manera les estamos dando herramientas valiosas para la vida. Sigamos hablando de dinero, porque así aprendemos a manejarlo mejor.

Econ. Gloria Ayala Person
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