El corredor bioceánico, una ambiciosa obra que cruza el Chaco paraguayo y conecta dos océanos, está generando grandes expectativas de crecimiento económico y conectividad internacional para Paraguay. Esta infraestructura estratégica promete unir a Paraguay con los mercados más importantes del mundo, potenciando su desarrollo.
Ronald Dietze, presidente de la Cámara Transportadora del Paraguay (Catrapar), destacó que las inversiones en infraestructura siempre traen oportunidades. Mencionó que aunque el Chaco abarca cerca del 60% del territorio paraguayo, solo alberga al 3% de la población, lo que subraya el potencial de esta región.
Dietze señaló que con la construcción de este corredor, Paraguay facilitará que Brasil, el mayor productor de granos del mundo, comercialice de manera más eficiente con Asia, el mayor comprador mundial. Este corredor permitirá reducir significativamente los tiempos y costos logísticos, aunque aún no se ha dimensionado completamente el volumen que podrá manejar.
Brasil produce alrededor de 150 millones de toneladas de productos, mientras que Paraguay llega a 16 millones. Si tan solo el 10% de la producción brasileña transita por este corredor, el impacto en el transporte a través de Paraguay sería significativo.
Un país de tránsito clave
El corredor bioceánico posicionará a Paraguay como un país de tránsito crucial, permitiendo a Brasil enviar sus productos a los puertos de Chile y, a su vez, recibir productos de todo el mundo. Este flujo aumentará la demanda de servicios logísticos, generando un impacto positivo en la economía paraguaya.
Además, el 10% de la producción industrializada exportable de Paraguay, localizada en el Chaco, podrá ser transportada más eficientemente a través de esta nueva ruta. Esta inversión no solo tendrá repercusiones a corto plazo, sino que también proyecta un desarrollo sostenido a mediano y largo plazo.
Finalmente, Dietze mencionó que el sector energético podría experimentar un impulso significativo, con el creciente interés en desarrollar energía solar y eólica en el Chaco paraguayo, gracias a la conectividad que brindará el corredor bioceánico.