Cuando el psiquiatra y autor de Harvard, John Ratey,  habló en la serie de seminarios sobre bienestar del MIT Media Lab, explicó que “una sesión de ejercicio es como tomar un poco de Prozac y un poco de Ritalin”.

Es una frase memorable. También está respaldado por una tonelada de ciencia. Ratey pasó a presentar pruebas convincentes de que el ejercicio nos hace más inteligentes, más felices y menos estresados. Pero Ratey no explica exactamente cómo el ejercicio conduce a todos estos impresionantes beneficios.

Si eres del tipo curioso al que le gusta saber exactamente lo que pasa en tu cráneo cuando vas al gimnasio o al trote, entonces un nuevo artículo de Quartz del psiquiatra y neurocientífico Arash Javanbakht de la Universidad Estatal de Wayne sí lo sabe.

Ejercita tu camino hacia un cerebro mejor.

 

Al igual que Ratey, Javanbakht se muestra impresionado con los beneficios del ejercicio. También se muestra súper impresionado con la capacidad de recuperación y la complejidad del cerebro humano. La mayoría de la gente subestima lo cambiante que permanece nuestro cerebro incluso en la edad adulta, explica Javanbakht.

“No solo se forman nuevas conexiones neuronales todos los días, sino que también se generan nuevas células en áreas importantes del cerebro”, escribe. Así es, su cerebro continúa brotando nuevas células incluso en la edad adulta, lo que significa que estamos reconstruyendo constantemente nuestra mente a través de nuestras elecciones y acciones. El ejercicio es una forma particularmente poderosa de influir en este proceso (aunque también hay otros).

“Una molécula llamada factor neurotrófico derivado del cerebro ayuda al cerebro a producir neuronas o células cerebrales. Una variedad de ejercicios aeróbicos y de entrenamiento en intervalos de alta intensidad aumentan significativamente los niveles de BDNF”, señala Javabakht.

 

Hacer ejercicio no solo empuja a su cerebro a desarrollar nuevas células. “El ejercicio moderado también parece tener efectos antiinflamatorios, regulando el sistema inmunológico y la inflamación excesiva. Esto es importante, dada la nueva percepción que la neurociencia está adquiriendo sobre el papel potencial de la inflamación en la ansiedad y la depresión”, continúa Javabakht.

Y por último, pero no menos importante, el ejercicio parece tener efectos positivos sobre los neurotransmisores como la dopamina y las endorfinas que están relacionados con estados de ánimo más felices y una mayor motivación.

 

No es necesario inscribirse en una ultramaratón.

 

Todo esto significa que el ejercicio ayuda no solo a su cuerpo, sino también a su cerebro a funcionar mejor. Hacer ejercicio mejora la memoria, el rendimiento cognitivo e incluso se ha relacionado con mejores calificaciones. Al mismo tiempo que la actividad física sube el dial de los procesos mentales positivos, amortigua los negativos, reduciendo la depresión y la ansiedad.

No hace falta ser un científico cognitivo para descubrir la conclusión aquí: muévase más. No necesitas parecerte a Arnold Schwarzenegger o pasar horas en el gimnasio. Se ha demostrado que incluso los aumentos aparentemente menores en la actividad, como una caminata de 15 minutos al día o una pausa para hacer ejercicio de un minuto al final de cada hora de estar sentado, tienen beneficios impresionantes. No dejes que el perfeccionismo o el miedo te detenga.

Los increíbles beneficios del ejercicio para estimular el cerebro están disponibles para todos. Todo lo que necesitas hacer es moverte un poco más.