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¡Ups! Suben los precios

¿Cómo enfrentar con nuestros ingresos la suba de precios?, apenas me alcanza para vivir cada mes y ahora, ¿qué voy a hacer?, estas son consultas que recibo a diario, pues es común que quienes ganan poco dinero piensen: Cuando gane más voy a planificar; o la mejor de todas: Cuando gane más voy a ahorrar.

La planificación de los gastos y el ahorro, son hábitos que deben iniciarse YA, independiente a cuánto uno gana por mes. De hecho, quienes no desarrollan ese hábito desde su primer empleo, tienden a simplemente gastar más o a endeudarse más, a medida que se incrementan sus ingresos.

GANAR MÁS

El mágico anhelo de arreglar nuestro presupuesto con los ingresos, no llega ni en la forma, ni en el tamaño, ni la rapidez que uno quisiera. En muchas ocasiones, lo que ganamos no depende de cuánto lo deseemos, o pensemos que lo merezcamos, pero lo que sí está en nuestras manos controlar, son los gastos. Enfrentar esta realidad no es sencillo, pues implica reconocernos responsables de la situación financiera que vivimos, y siempre es más cómodo culpar a los demás o al entorno de lo que nos sucede.

El ganar más dinero por el mismo servicio que ofrecemos, mejoraría nuestra situación financiera, siempre que los demás factores (precios de los bienes y servicios que consumimos) se mantengan estables. En este caso, el poder de compra de nuestros ingresos sería superior, pero cuando se trata de un ajuste del salario mínimo como consecuencia de la inflación, esto no sucede, pues simplemente se adaptan los valores no minales a los precios corrientes, es decir, solamente estamos recuperando la capacidad de comprar el mismo kilo de carne a un precio más caro, por ello el aumento de salario no implica una mejora en la calidad de vida.

Hay veces en que ni siquiera tenemos en claro el monto exacto de nuestros ingresos, ya que con tantos descuentos terminamos enterándonos con tristeza y sorpresa el escaso monto que nos corresponde cobrar cada fin de mes, o peor aún terminamos recibiendo papelitos en vez de billetes. Esto le sucede a quienes viven el mes adelantado, sobrevive en base a préstamos, cuotas o tarjeta de crédito y cuando cobra su sueldo ya no tiene nada a su favor.

Por otro lado, vale la pena señalar que el salario es la remuneración que se recibe a cambio de un servicio prestado en forma dependiente en un sistema organizativo (empresa, institución, gobierno, etc.), los honorarios que perciben los profesionales “independientes” son similares en el sentido de que, al fin y al cabo, dependen que los clientes adquieran los servicios profesionales o técnicos e incluso, sucede algo análogo con los comerciantes, que dependen ,a su vez, de las compras de los clientes. En conclusión, todos dependemos de la decisión de otros para percibir ingresos.

Algunos, podrán tener como pará metro la cantidad de horas dedicadas al trabajo, pero la mayoría no percibirá mayores ingresos en proporción al mayor esfuerzo, sino que deberán incrementar sus competencias, es decir, introducir más valor a su oferta laboral. Este valor se adquiere a través del conocimiento, el cual se desarrolla por la capacitación y la experiencia.

Tanto la capacitación como la experiencia implican sacrificio, en algunos casos de renuncia de espacio personal y familiar, en otros de dinero, pues general mente los cursos a seguir tienen costos organizativos (empresa, institución, gobierno, etc.), los honorarios que perciben los profesionales “independientes” son similares en el sentido de que, al fin y al cabo, dependen que los clientes adquieran los servicios profesionales o técnicos e incluso, sucede algo análogo con los comerciantes, que dependen ,a su vez, de las compras de los clientes. En conclusión, todos dependemos de la decisión de otros para percibir ingresos. Algunos, podrán tener como pará metro la cantidad de horas dedicadas al trabajo, pero la mayoría no percibirá mayores ingresos en proporción al mayor esfuerzo, sino que deberán incrementar sus competencias, es decir, introducir más valor a su oferta laboral. Este valor se adquiere a través del conocimiento, el cual se desarrolla por la capacitación y la experiencia. Tanto la capacitación como la experiencia implican sacrificio, en algunos casos de renuncia de espacio personal y familiar, en otros de dinero, pues general mente los cursos a seguir tienen costos relacionados. También existe un importante componente de tiempo, pues hay cosas que no se adquieren comprándolas, sino necesariamente requieren del paso de los días para que se acumulen.

En esta categoría se encuentra la experiencia, en donde tanto la buena como la mala, deberíamos considerar como importantes, pues ambas constituyen a la larga, una buena experiencia, siendo que de las dos aprendemos valiosas lecciones.

RECONOCIENDO MIS GASTOS

La catarsis de las excusas cuya solución está en manos de otro, solo nos ayuda a sentirnos menos culpables de la situación, pero no alivia el problema de fondo. Entender que las deudas que adquirimos las tenemos que pagar, puede ser un buen inicio para lograr salud financiera.

Detestamos al prestamista porque tenemos que pagar mensualmente una cuota, pero bien que nos pusimos contentos cuando nos entregó el dinero.

Maldecimos al banco por la deuda de las tarjetas de crédito, pero con alegría hicimos las compras. Es frustrante sentir que no nos alcanza el dinero para poder disfrutar con nuestra familia de alguna di versión, o comprar a nuestros hijos ropas o juguetes, e incluso a veces no podemos ni pagar el nivel de educación que desea mos para ellos; sin embargo, no llevamos el control exacto de los pequeños gastos que realizamos diariamente.

Entonces, ¿el otro es culpable?, podemos culpar al gobierno, al jefe, al destino o al carnicero, pero lo claro aquí es que con eso no cambiamos nada. Te propongo asumir tu situación y anotar en forma precisa cuánto ganas por mes y cuánto gastas, con minucioso detalle. No sirve colocar “supermercado 800 mil”, sino que debemos conocer cuánto es el monto exacto que destinamos a comida, bebidas, gastos superfluos, etc. Un modelo de presupuesto mensual y proyectado podrás encontrar en www.ayalaperson.com/recursos

ASUMAMOS EL CONTROL

Una vez que tenemos en claro cuánto ganamos, así como cuánto y en qué gas tamos, debemos ser capaces de proyectar estos números y fijar una meta en el tiempo para lograr ahorros en nuestro presupuesto. Lo ideal es por lo menos ahorrar el 10% de nuestros ingresos mensuales. Si ese porcentaje hoy está lejos de tu capacidad de ahorro, entonces empezá por el 1% y cada mes subí un poco más. Por otro lado, pongamos un límite claro a nuestras deudas, la suma total de cuotas de deudas no debe sobrepasar el 25% de nuestros ingresos netos.

Entonces, si ganamos 100, ahorramos 10 y pagamos deudas por 25, nos queda un 65% de nuestros ingresos para vivir, pero ¿podríamos vivir dignamente con solo el 65% de nuestro salario?, probablemente no. Por eso, tenemos que estar conscientes de que en lugar de sacrificar nuestros ahorros, lo que debemos hacer es parar con el sobre endeudamiento y aprender a administrar mejor nuestros ingresos.

El vivir con el salario del próximo mes es un mal hábito, que no debe considerarse como normal. La posibilidad de llegar a disfrutar de estabilidad eco nómica y tranquilidad financiera, significa reconocer las limitaciones, trabajar las fortalezas y trazar una meta a corto, mediano y largo plazo. Si querés controlar tus finanzas, empezá por controlar tu propia mente. Date el permiso para ahorrar como prioridad, aprendé a invertir y a decir “no”, decidí quién querés ser y a dónde querés llegar. Si no dominas tus finanzas, tus cuentas te dominarán.

Quizás no seas el único culpable de tu situación financiera, pero si sos responsable de las decisiones que tomas. Tus ingresos son sus esclavos, no puede ni un solo guaraní ir a un lugar al que no le has dado permiso. Sigamos hablando de dinero, porque así aprendemos a manejarlo mejor.

LO IDEAL ES POR LO MENOS AHORRAR EL 10% DE NUESTROS INGRESOS MENSUALES. SI ESE PORCENTAJE HOY ESTÁ LEJOS DE TU CAPACIDAD DE AHORRO, ENTONCES EMPEZÁ POR EL 1% Y CADA MES SUBÍ UN POCO MÁS.